“Squeeze”, que en español significa “estrujar”, dejar que algo salga, más bien, alejada de la connotación ruda que gira entorno a su traducción, refleja minuciosamente la forma que tengo de enfrentarme al arte.

Para mí, trabajar plásticamente significa indagar en lo más profundo de mí, dejar salir, o más bien, forzar a salir, todo aquello que en algún momento imaginé pero que dejé escondido en algún rincón de mi mente. Las ideas, a menudo, cada vez más conforme vamos creciendo y “madurando” es como si las tuvieras que pulir hacia lo socialmente establecido.

Masas de colores que entran y salen del plano bidimensional, que flotan en el espacio, que emanan de tuberías cristalinas… quién iba a decirle a la Gemma de hace 20 años, que en algún momento cumpliría aquello que dijo la primera vez que lo dibujó “algún día lo haré realidad”, un pensamiento que del mismo modo que surgió, fue aparcado con un “que absurdo, lo que acabo de pensar”. Y al igual que lo enterré entre pensamientos cada vez más maduros, convencionales y socialmente comprendidos, llegó un día en que me atreví a buscar en lo más profundo de mi interior, para encontrarme. Porque realmente me sentía perdida, y a punto de abandonar la idea de dedicarme al arte, que era lo único que había tenido claro des de que era pequeña.

Así surge mi proyecto, de esa intencionada introspección junto con la azarosa casualidad de encontrar en mi camino a una persona que dentro del ámbito de la construcción me facilitó el acceso que no creía necesitar al mundo de las resinas.

Y ahí comencé a crear mi propia combinación de ellas, mi propia fórmula, la que me ha permitido traspasar los límites de la bidimensionalidad, para dotar de protagonismo a la materia pictórica; desarrollarme como artista contemporánea disruptiva (como me acuñan), y sobretodo sentirme reflejada completamente en mi producción artística.

Las obras dentro de la gran variedad técnica y la riqueza visual que la componen, presentan una estética que las aúna convirtiendo la muestra en un lugar para dejar volar la imaginación y empaparse de color.

Se ha diseñado, pensando en todos los públicos y edades, con actividades de interacción para poner en funcionamiento todos los sentidos, oido a través de la banda sonora, el gusto y tacto con obras comestibles, y la vista con la riqueza visual… Y sobretodo buscando trasmitir que todo es posible cuando uno trabaja desde la introspección, la honestidad y la pasión. “Squeeze” invita a explorar dentro de uno mismo, a confiar en la intuición, a creer y recuperar la emoción y la pureza de la imaginación más pura e inocente; aquella que no necesitaba encajar en lo preestablecido.